Ataque de Ansiedad

    Indice del Artículo

    «Hay una vida mejor… Sin Ansiedad.»

    Crisis de Ansiedad

    Foto movida de varias caras, simulando ansiedad

    Síntomas de una crisis: sensación de ahogo, palpitaciones, mareos, sudoración, miedo a morir, opresión en el pecho, angustia…

    “Quizás dentro de la verdadera libertad, que el hombre ha logrado conquistando el miedo, reside nuestra condición existencial”

    En la actualidad muchas personas sufren ataques sin saber exactamente qué les sucede. Padecen día tras día síntomas, sin poder definir qué les está pasando, ni por qué; muchas veces ante la incomprensión de familiares y amigos. Cuando deciden consultar al médico, por fin éste puede decirles: “Usted padece síntomas de ansiedad”, lo deriva a la consulta de un psicólogo y/o psiquiatra y estará orientado correctamente para para saber como controlar la ansiedad.

    El problema es que muchas personas ni siquiera recurren a su médico, ni a psicólogos, llegando a deteriorarse su vida familiar, social y laboral a causa de sus crisis de ansiedad generalizada;

    Generalmente adoptando conductas contraproducentes para soportar el malestar, como la auto-medicación, comer o beber en exceso, fumar, aislamiento social, etc. que dan la sensación de alivio en el momento pero que pueden potenciar y provocar un trastorno de ansiedad crónica.

    El objetivo de este artículo es tratar de despejar y aclarar, brevemente, de que estamos hablando, cuáles son los síntomas de la ansiedad, su posible tratamiento y como combatir la ansiedad.

    El trastorno de ansiedad se puede definir como la sensación constante de preocupación (preocupación excesiva, innecesaria, a menudo irracional) y falta de control de las emociones y pensamientos sobre un hecho o situación ya vividos o venideros, o en forma generalizada (preocupación excesiva por todo), que se prolonga en el tiempo (más de seis meses).

    Generalmente acompañado de síntomas fisiológicos que provocan dificultades en el desarrollo de las actividades de la vida cotidiana.
    La sensación subjetiva es difusa, difícil de explicar para la persona. Esto, sumado a la falta de control sobre si mismo, le otorga su peculiar cualidad desagradable e intolerable.

    El trastorno de ansiedad generalizada es identificable a través de tres o más de los siguientes síntomas:

    – Inquietud permanente y/o, temores injustificados y/o preocupaciones exageradas.

    – Tensión muscular, sensación de no poder relajarse.

    – Irritabilidad o nerviosismo, cambios de humor.

    – Problemas para concentrarse en un trabajo o tarea, ya que es imposible apartar la preocupación.

    – Problemas para dormir, despertares nocturnos, sueño no reparador. El estado de tensión que provoca la ansiedad no permite al cuerpo relajarse lo necesario como para dormir; incluso cuando se logra conciliar el sueño, la tensión continúa por eso la persona se despierta, o si logra dormir toda la noche se levanta como si no lo hubiese hecho, cansada.

    – Puede presentarse también, como síntomas de ansiedad, algunas de estas molestias físicas: sensación de ahogo, sudoración, palpitaciones, mareos, dolores de cabeza, problemas digestivos, temblores, porque los problemas emocionales pueden somatizarse. Este es un proceso por el cual conflictos psicológicos internos son expresados como síntomas físicos que no tienen un causa física identificable. Si no se acepta que se tiene una dificultad emocional, si se niega, se reprime, ésta no se soluciona por si misma y se manifestará de alguna manera a través del cuerpo.
    Si se presenta el estado de ansiedad se requiere tratamiento psicológico y, según el nivel de ansiedad se necesitará medicación como ansiolíticos o antidepresivos con efecto ansiolítico, que prescribirá el psiquiatra.

    Se aconseja recurrir al profesional lo antes posible para que el cuadro no se agrave y evitar sufrimiento, tanto emocional como físico. Ya que es un problema que tiene solución si se aborda en forma y tiempo adecuados.

    Los psicólogos aplicarán una estrategia terapéutica enfocada a prevenir y/o controlar los ataques de ansiedad:

    -Identificación y análisis del factor desencadenante o causa del estado de ansiedad.

    -Aprendizaje de técnicas de relajación y técnicas de autocontrol de las emociones.

    -Reorientación de los pensamientos distorsionados (generadores de ansiedad) hacia un pensamiento positivo a través de un proceso denominado “prueba de realidad” y otros.

    -Valoración y trabajo sobre la autoestima. Una de las consecuencias de la baja autoestima es la inseguridad, y la inseguridad genera ansiedad; por ello es muy importante, analizar el nivel de autoestima de la persona y aplicar técnicas terapéuticas a tal fin, con la guía del psicólogo.

    -Producción de cambio de actitud favorable hacia la conducta asertiva opuesta a la pasiva o agresiva. Utilización de la comunicación asertiva (positiva, productiva) en las relaciones interpersonales.

    Técnicas de resolución de problemas. Entrenamiento en habilidades sociales (inteligencia emocional).
    El plazo de recuperación o superación de la ansiedad varía, dependiendo de distintos factores: el nivel o grado de ansiedad alcanzado, el motivo causante, la capacidad del paciente para el aprendizaje y aplicación de las técnicas psicológicas, entorno familiar y social , etc. Para concluir, es importante dejar claro que el trastorno de ansiedad es posible superarlo, con apoyo profesional y, muchas veces, en menos tiempo del que se presupone.

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